domingo, 22 de junio de 2008

COMO SI FUESE UN EXTRAÑO

Hoy, cansada de tanto reflexionar, me siento como un ser extraño, alguien que no sabe muy bien donde situarse, ni por donde avanzar. Se abren miles de caminos, las opciones son ilimitadas, pero las ganas cada día van fallando un poco más.

Tú ya sabes donde estás, donde te sitúas, por que carretera continuar conduciendo, o por lo menos es lo que se anuncia en los luminosos. Y yo continúo perdida, cansada de tanto pensar y de sopesar opciones, de ver qué hago o que dejo de hacer, teniendo que imaginar las consecuencias que pueden tener las decisiones que tome hoy, y las que tomé ayer.
Sé que no hay excusa, que no hay motivo aparente para estar preocupada o desorientada, pero aún así me siento secuestrada en mi interior.
Quiero satisfacer a todo el mundo, que sea correcta la decisión, pero aún así no va a ser posible. Se que si tomo una dirección, alguien se va a quedar atrás, no me va a seguir y sufriremos, pero si tomo otra... también va a haber dolor, llantos, despedidas y principios precedidos de finales tristes.
No quiero un final, y mucho menos triste. Quiero seguir. Quiero avanzar pero sin renunciar a nada, a ninguno de los caminos que se abren frente a mi. Quiero sentirme libre y comprendida, y sin pensar en los demás, aunque sea sólo por una vez, quiero ser egoísta, pero no me sale.
Un pequeño mosquito está posado en mi brazo, haciendo lo que debe hacer, y yo mientras le observo envidiosa porque sabe cuál es su destino, su obligación... y yo le miro, y pienso, y me sonrío pensando lo tonta que debo resultar dejando que me pique un mosquito, pero aún así no me muevo y le miro.

jueves, 5 de junio de 2008

QUIEN LO LEA LO ENTENDERÁ, Y EL QUE NO YA PREGUNTARÁ

Después de tres semanas de discusiones, de malentendidos, de no llegar a ninguna conclusión, de esperar alguna respuesta, pero que siempre venían transformadas de miles y miles de preguntas, llegó el momento. Un día en el que teníamos que poner en juego lo visto y trabajado, lo planeado y atender a lo inesperado.

Trabajando de manera conjunta, pero totalmente disgregada, sin responder a nadie con una respuesta concreta, sin saber muy bien lo que tendríamos que hacer, o lo que debíamos esperar, nos enfrentamos a los leones.

Esta vez lo leones iban vestidos con chandal y una sonrisa, la cual, de primeras, nos fue dando pie a hacer las actividades que "planeamos entre todos" pero, con las cuales, no estábamos muy contentos o seguros la mayoría.
Partimos de la base de que participarían, de que harían todo lo que nosotros quisieramos, de que seguirían nuestras indicaciones pasara lo que pasara... MENUDA CONFIANZA TENÍAMOS EN NOSOTROS MISMO!!, pero la verdad es que al final funcionó.

¿Por qué funcionó?
Mi teoría es porque ellos querían, porque estaban muy motivados ese día, porque sabían que era su último día juntos, de la mayoría, y podían alargarlo unas horas más haciendo el chorra por la facultad de documentación. Estoy convencida de que ellos son los verdaderos artífice de la jornada, de que ellos han conseguido hacer una actividad, porque nosotros sólo eramos los que decíamos aquí y ahora, pero ellos ponían en funcionamiento la maquinaria.

En la discusión en clase, la puesta en común o como queráis llamarlo, ni siquiera en ese momento, hubo consenso.

Si, hablamos todos, nos escuchamos, pero no manteníamos un dialogo. Eran monólogos independientes que no contestaban a nadie, que no hacían referencia a lo que otros decían o las cuestiones que se planteaban.

Creo que hemos terminado una asignatura, pero lo peor es que aún muchos no hemos interiorizado sus contenidos, no los sabemos utilizar correctamente, ni damos ejemplo al resto.

Alguien preguntó ¿pero realmente creéis que sois expertos en habilidades sociales? pues claro que NO. Esta claro que hay muchas cosas que trabajar, y para algunos más que para otros. Tendremos pequeñas pinceladas de conocimientos, de capacidades, pero ¿¿EXPERTOS??? mira que lo dudo. El experto sabe que no lo es, que hay muchas cosas que aún le faltan por conocer, y se esfuerza por conocerlas, por lo que hay que seguir trabajando todos en ello.

Sólo decir que AQUÍ EXPERTOS NO HAY NADIE EN NADA, y mucho menos nosotros, unos estudiantes que han terminado una asignatura y aún se preguntan que han visto, que han trabajado en clase, o cómo hacerlo.

lunes, 2 de junio de 2008

Dos años de carrera, de supuesta especialización, y de formación superior. Si, eso es lo que hemos hecho durante dos años, para unos bastante largos, y para otros, excesivamente cortos.

Lo largo ha sido el esperar adquirir conocimientos de ciertas áreas que nunca han llegado. Lo largo ha sido estar en clase impaciente de saberes y de curiosidad. Largo ha sido, también, estar en unas sillas tan incómodas y mesas estrechas, en aulas con una acústica tan buena que había momentos en los que desconectar era todo menos imposible… Y los momentos de espera, de obtener noticias de algún acontecimiento que a todos nos afectó, en mayor o menor medida.

Pero están los momentos en que se hicieron cortos estos dos años, para poder compensar lo anterior, y fueron los más intensos, los momentos en que esperábamos cualquier excusa para no ir a clase. Corta era la espera para poder decidir con quien nos poníamos al hacer los grupos de trabajo. Cortos, también, eran los momentos de tensión en los que ninguno nos esperábamos la contestación de los demás… pero que al final todo se solucionaba con un par de risas y ya está.

Ha habido momentos inolvidables, como aquel día en clase de diagnóstico en que una compañera nos detallaba las conversaciones que tenía con su periquito, o aquellos en que otra decía cada burrada sin pensarlo en cualquier momento. Sin olvidar la caída de uno de los profesores por hacerse un poco el “chulo” y sentarse, pues así, como se sentó…Las obras de teatro que, bueno, aún está por estrenar la de este año, pero no puedo olvidarme de los ensayos que he visto ni de los comentarios de una loca desquiciada, o una pulga desnutrida que surgen constantemente en nuestras conversaciones.

Tenemos muchos momentos, todos y cada uno tan importante como el siguiente. Están los cafés en los que no había otra conversación más entretenida que hablar de las chorradas que nos van surgiendo en clase, de las notas indescifrables, o de los regalos de amigo invisible, que por una vez, han sido casi todos realmente invisibles.

También están las comidas en la cafetería o las cenas que hemos organizado, donde no importaba el tiempo que pasara o la comida que nos tocase ese día, sino el buscar la excusa de compartir otro momento más.

No podemos olvidar los viajes, que este año no han faltado… Comenzamos con Salamanca, le siguió otra pequeña excursión de fin de carrera a Lisboa, y Xeraco llegó después, que lo combinamos con la visita a las fallas de Valencia. Los proyectos de viajes que se han quedado en eso, proyectos, como era el ir a Granada o a Cádiz, como querían algunos, y la sugerencia menos votada de Cuenca… (lo siento chicas, pero no ha sido posible durante estos dos años, a ver si el que viene podemos escaparnos y le hacemos una visita).

No quiero despedir este blog sin decir algo a ese profe que tanto me gusta, y que, desde una perspectiva muy personal, respeto y admiro, el cual quería que formásemos parte de la universidad desde un puesto más interno, participando en la junta de facultad o en el departamento de psicopedagogía y educación física. Ese profesor que, por circunstancias de la vida, no ha podido finalizar este año con nosotros y que vamos a echar de menos en la graduación, así como en otros actos en los que ha sido notable su ausencia, como en las jornadas que, este año, tenían una intención claramente definida, ni en los pasillos de la facultad para que nos llamase a su despacho para comentarnos cualquier cosa y sacar los bombones que otros becarios le habían regalado… si, porque eres alguien importante y queremos que vuelvas por aquí cuando sea a hacernos una visita, gracias por tu tiempo y dedicación, por las anécdotas y curiosidades, y por la ayuda que nos has prestado.

Bueno, se acabaron los dos años, pero aún queda lo mejor, los siguientes cuarenta, donde espero que no os olvidéis de nuestra promoción, o aunque sea de algunos de los que han formado parte de este grupo tan surtido de “especimenes” geniales y singulares, que de aún modo nos representan a todos. De las personas que sin cortarse hablaban a gritos en clase, o de los que siempre tenía que explicar tres o cuatro veces lo mismo, por que no sabían si se les entendía…