martes, 29 de abril de 2008

ahora toca la verdadera historia!

Como tenemos que hacer un informe de la actividad, tendré que empezar por el principio, por la historia verdadera de cómo sucedió la pequeña odisea para algunos, y una experiencia que no estuvo nada mal para otros...

Para empezar, creímos que todos eran unos bordes y secos porque no nos saludaron, ni siquiera cuando llegaron, con un buen rato de retraso, pero bueno, eso vamos a dejarlo a un lado... El echo de no pararse ni a decir hola, hoy vamos a ser los torturadores con los que vais a estar, fue algo por lo que ya les tachamos de la lista.

Después, cuando ya sabían que sí, que las ocho chicas que estaban en la puerta del pabellón eramos las que les acompañarían y de las que debían estar más pendientes, tampoco se mostraron nada abiertos. Esto creo que es un proceso habitual en la formación de grupos, sobre todo cuando, como sucedió, todos íbamos con gente que conocíamos y por ello ya hablábamos entre nosotros, y no con los desconocidos, porque eso llegará más adelante.

El resto del día fue bastante agradable, la verdad es que en todo momento estaban más pendientes de nosotras, de que fuésemos por sitios más o menos buenos y pensando en las necesidades o capacidades físicas de cada una.

Para empezar, en el paso de la tirolina y del puente, intentaron que no nos mojáramos ni un poco los pies, que fuéramos lo más seguras posibles y sin correr riesgos. En esto hay que decir que estaba sobre todo el profesor pendiente de los nudos y de los mosquetones, porque creo que no se fiaba mucho de sus alumnos, que pedían que fuera él quien los hiciera y nos asegurase.

Ya durante la marcha, entre los "guias" también vimos que había algún rol claramente fijado, como el líder que iba marcando la marcha y haciendo las explicaciones en todo momento, y otros que eran seguidores que de vez en cuando iban mostrando su desacuerdo u opiniones respecto a las indicaciones y la forma de hacer las cosas.

En cuanto al trato con nosotras, y la manera de acercarse a nuestro grupo y hacer como uno solo fue bastante buena, en progresión, pero buena. Como ya he dicho antes, creo que es lo más habitual que en la formación de grupos donde haya acercamientos paulatinos y no de golpe, porque estos son más forzados, aunque la situación ya de por sí no era muy natural para ellos por ser una actividad obligatoria...

Aun así, creo que ellos también disfrutaron del día, por lo menos esa es la impresión que me llevo.

Como conclusión no sé que decir, sólo que me gustó la experiencia, que la repetiría, sobre todo porque entre todos pudimos hacer un buen grupo en el que todos teníamos voz y voto y no se nos dejaba de lado a nadie, más bien lo contrario.

lunes, 28 de abril de 2008

la pesadilla en la naturaleza

Fue un mal sueño, un auténtico suplicio… una pesadilla que no dejaba espacio al descanso, al disfrute de la experiencia ni a la convivencia, en unas condiciones de extrema dureza, donde el agua escaseaba y los víveres hacía rato que desaparecieron de nuestras mochilas.

Ante esta situación de desesperación, de no saber para donde ir o donde podríamos encontrar ayuda estando totalmente incomunicados, porque nuestros teléfonos móviles estaban sin cobertura, la sensación de desánimo e inquietud iban creciendo notablemente.

Al hecho de no tener víveres ni agua, de estar perdidos en la montaña, se le iban sumando el cansancio físico acumulando después de ir buscando los puntos de referencia que se suponía que debían ayudarnos a salir de esa pesadilla…. El final nunca llegaba, y los guías también se encontraban perdidos, sin saber hacia donde ir o donde nos encontrábamos.

Por fin encontramos un camino, una pequeña senda en la montaña que decidimos seguir con la esperanza de que esta nos llevara a la civilización, o de encontrarnos con algún que otro montañero que nos pudiera indicar por donde encontrar la salida de este espacio natural que nos había engullido hacía ya horas y no nos dejaba escapar.

Siguiendo el camino pudimos ver unas acumulaciones de viviendas, lo cual nos fue dando esperanzas, pensando que en alguna de ellas encontraríamos a alguien que nos llevase de nuevo a la civilización, y así fue!!

La pesadilla había acabado y llegamos a casa, sanos y salvos, deseando darnos una ducha que eliminara los rastros visibles de esta experiencia salvaje, pero aún así quedarían otros muchos que no podríamos olvidar, como la sensación de desamparo, de cansancio infinito que no podíamos reprimir, ni tampoco pararnos a compadecernos si queríamos escapar de ese infierno verde…

miércoles, 16 de abril de 2008

¿SOY AGUDA?

Hasta hace unos días pensaba que era una persona con una agudeza sensorial bastante buena, bien desarrollada, porque era capaz de interpretar o entender a los demás, más allá de lo que decían sólo con sus palabras.

Esto lo creía porque, además de estar pendiente de las palabras y del significado que todas ellas tenían dentro de una frase, apreciaba los movimientos sutiles de la cara, los gestos de las manos, la postura corporal... pero sobre todo me gusta fijarme en la mirada, en cómo, a través de la forma de los ojos, de si mantenía o evitaba la mirada, de esos ligeros movimientos que se producían inconscientemente, podía creer lo que me decían o no. También estaba la tonalidad de la voz, el titubeo que se produce cuando uno no está muy convencido de lo que dice o si los nervios le estaban atacando más de lo habitual...

Hoy por hoy, y después de haber visto tantas cosas en clase, de haber comprendido que uno no sólo debe estar pendiente de estos gesto, sino de muchas otras cosas que los van acompañando, esos pequeños detalles que pueden pasar casi desapercibidos, pueden indicarnos muchísimo más de lo que antes podía imaginar.

Lo que más me ha gustado, y asustado a la vez, es el echo de la temperatura! pufffff! hasta que punto somos máquinas imperfectas... nos delatamos con cosas tan sutiles como que la temperatura del cuerpo puede subir o bajar si estamos relajados o tensos, si mentimos o decimos la verdad sobre algo...

No se porqué será, pero llega a asustar. Supongo que la culpabilidad de una persona por estar mintiendo, o el tener que utilizar sus capacidades para inventar alguna que otra excusa para colarla a los demás, hacen que el cuerpo reaccione de alguna manera...

No se, estoy un poco absorta en mis pensamientos y conjeturas, estoy perdida y creo que no voy a llegar a ninguna conclusión satisfactoria para terminar. Sé que debería ser más aguda, de trabajar algunos aspectos para perfeccionar "mis artes detectivescas" o de polígrafo humano, así que algún día de estos, cuando tenga tiempo para poder dedicárselo, empezaré un entrenamiento de la CIA que seguro que hay alguno por la red.

MI ESPACIO PERSONAL Y UN LUGAR PARA LOS DEMÁS

Un día de prácticas, uno de los compañeros me definió de la siguiente forma "Eres una persona que demanda mucho de los demás, pero sutilmente, intentas escoger a los que te rodean en función de lo que puedan ofrecerte, o ya te hayan dado a lo largo del tiempo, pero que aún así siempre das aunque no esperes nada a cambio, sabiendo que lo que puede venir es, o no, recíproco"

Sinceramente, esto me llamó la atención porque, aunque o me diera cuenta de ello, si, lo hacía, bueno lo hago... soy bastante selectiva con la gente que me rodea de verdad, aunque pueda estar con todo el mundo de la misma manera, siempre reservo un espacio privado, una burbuja especial para aquellos que están conmigo.

Eso no quiere decir que, para entrar en ese lugar especial la persona tenga que darme siempre la razón, asentir como los tontos y alabar todo lo que haga. Nada más lejos de la realidad, porque los que dan la razón sin luchar por hacerse entender me parecen poco persuasivos y que tienen la necesidad de aceptación de los demás, por ello evitan el enfrentamiento abierto de posturas.

Bueno, todo esto viene al tema de las burbujas y el intentar abarcar a todo el mundo dentro de un espacio, mi espacio, de una forma o de otra, intentando que todos encuentren un pequeño lugar que compartir entre ellos y conmigo. Sinceramente, esto no me cuesta. No veo difícil intentar abarcar a toda la clase dentro de mi burbuja porque no he tenido ningún problema especialmente relevante con nadie, pero aún así, es comprensible que haya alguien a quien sí, por haber tenido enfrentamientos personales o de trabajo.

Aun así, creo que dentro de mi burbuja monumental siempre habrá alguna que otra privada, donde estén todos aquellos con los que disfruto discutiendo, con los que tengo más o menos relación y que me van haciendo consciente de las carencias que van rellenando poco a poco…

Me gustaría pensar que el mundo puede ser un lugar donde todos compartamos el mismo espacio y lugar, donde podamos comunicarnos y compartir caricias y abrazos sin importar a quién se lo demos, pero hoy por hoy sigo siendo selectiva, restrictiva y, en cierto modo, egoísta a la hora de repartir y compartir.

Supongo que todos lo somos, algunos más que otros, pero todo depende, o eso creo, del punto de vista de la persona, de las vivencias que haya tenido y que le han hecho abrirse o cerrarse a los demás. Por ello todos seleccionamos a nuestros amigos, a la pareja o a los peces que vamos a tener en el acuario de casa, porque tenemos unas expectativas personales y unas situaciones anteriores que nos han formado tal y como somos ahora, y espero, vayamos transformándonos con las que vayan viniendo en el futuro, de modo que sea esa burbuja privada, la más personal, cada vez más grande y permita entrar en ella a más gente sin hacer un proceso de selección tan exhaustivo.

mi negativa a una conversación indirecta

Muchas veces nos proponen hacer un blog, a escribir bitácoras o correos electrónicos. Todo esto no me gusta, y no sólo por el echo de negarme tajantemente a una tarea porque sí, sino porque es algo que considero incompleto.

En clase hablamos del contexto, de las necesidades personales, de las situaciones y de lo que rodea a cada uno de los que estamos por aqui; nos hablan de burbujas, de espacios, de dificultades, de necesidades y relaciones sociales, pero ¿realmente trabajamos esto a través de palabras que están fuera de una situación concreta, donde no vemos a la persona, los gestos, el tono, la mirada con la que lo está diciendo?

Tendremos que prestar más atención a esto, a las paradojas que se producen, a la realidad incompleta que expresamos con estas palabras, la disonancia entre lo que realmente pienso o lo que escribo porque, según dicen, es lo que queda bien y hay que ganar puntos con el profe y la clase.

Con esto no sólo quiero justificar el porqué o el cuándo, sino también el cómo, porque creo que una conversación cara a cara, donde haya una respuesta sincera, en el momento, sin artificios de ninguno de los integrantes de la conversación, donde podamos ver cómo reaccionan y cómo se expresan gestualmente, cómo intentan comprender lo que decimos, nos situamos en un momento común, donde vayamos aclarando los pequeños encontronazos de posturas opuestas y llegar a un consenso, puede ser algo bastante más gratificante que una hoja llena de letras, de palabras que, para mí, pueden tener un sentido, pero que tú interpretas como quieras o buenamente sepas.

He dicho siempre, y seguiré diciendo, que con un café por medio pueden arreglarse muchas de las historias incompletas, de los malentendidos y discursiones que se quedan sin respuesta porque los interesados perdieron el interés por solucionarlo.

sábado, 5 de abril de 2008

¿OTRO DÍA NORMAL?

Todos somos capaces de pararnos y pensar,
de mirar al frente y recordar,
de sentir una risa,
de oler el aire que nos lleva a un lugar

pero donde vamos?
dónde quieren que nos encontremos hoy?
estaremos todos?
o sólo los que lo deseemos?

todo esto es un mare mágnum de incertidumbre,
de momentos inesperados,
y otros muchos deseados y buscados,
tendremos que prestar atención

abrid los ojos, o cerrarlos que algunas veces es mejor,
escuchad el aire, el viento y cómo roza con la hojas de los árboles
pero aún así, no solo basta con esto,
hay que estar atentos y quererlo

abre tu mente a lo inesperado,
tu corazón al que te esté mirando,
los oídos para poder reconocerlo
la cabeza, y así tenerlo claro.